10 mayo 2007

El desafío Proust

Entre las sorpresas que me regaló la blogosfera a lo largo de estos años, una no menor fue la de toparme con el impecable Cómputo de fantasmas. Desde allí, su capitana y espectro en jefe me lanza una invitación que huele a desafío: responder el cuestionario Proust, tarea que por iniciativa de Larvós anda dando vueltas estos días por el ciberespacio. Querida Ra, espero estar a la altura de las expectativas. Unha aperta.

El principal rasgo de mi carácter: La tenacidad lindante, muchas veces, con una militante terquedad.

La cualidad que prefiero en un hombre: Ante todo -e inegociablemente- el sentido del humor que requiere, sin duda, de una buena dosis de inteligencia.

La cualidad que prefiero en una mujer: Ídem anterior. En esto no valen distinciones de género.

Lo que más aprecio en mis amigos: La lealtad, la coherencia, el compañerismo, la generosidad.

Mi principal defecto: La innata desconfianza.

Mi ocupación preferida: Leer, escuchar música, viajar (cuando el presupuesto lo permite), mirar fotos de antiguos viajes (cuando el bolsillo no habilita embarcarse en nuevas aventuras).

Mi sueño de dicha: “Los sueños, sueños son” dijo el poeta. Mejor dejémoslos allí donde nadie pueda mancharlos.

¿Cuál sería mi mayor desgracia? No sé: siempre que creo que me ocurrió la peor desgracia, viene otra mayor a refutarme.

¿Qué querrías ser? Inmortal. O mejor aún, como diría Girondo: transmigrante.

¿Dónde desearías vivir? Acá. Amo Buenos Aires, esta ciudad inmensa en la que vivo hace treinta años y a la que aún recorro con una guía de calles en la cartera. Una ciudad que esconde moradas, esquinas, bares en los que fui feliz, y al mismo tiempo, es -como alguna vez escribió Borges- “un plano de mis humillaciones y fracasos”. Pero bueno, también podría ser Barcelona o Santiago de Compostela o el barrio de Providencia en el otro Santiago.

El color que prefiero: Bordó, rojo, negro.

La flor que prefiero: Nardo y jazmín por sus perfumes. Rosas rojas por su lujuriosa perfección.

El pájaro que prefiero: A los pingüinos, esos inverosímiles pájaros del mar. A los picaflores por su soberbio entusiasmo. A los horneros y su tesón constructor.

Mis autores preferidos en prosa: Borges, Bolaño, D. F. Sarmiento, Mansilla, Suso de Toro.

Mis poetas preferidos: Girondo, Cernuda, Garcilaso, Rimbaud, Lihn, Pizarnik, Méndez Ferrín.

Mis héroes de ficción: Ni idea. Por decir algo, Horacio Oliveira de Rayuela, el héroe más antiheroico que puedo concebir :-))

Mis heroínas de ficción: Raquel de Cien años de soledad. Dorothy de El mago de Oz, mi gran heroína de la infancia. Coincido: la entrañable Mafalda.

Mis compositores preferidos: Manolo García, Serrat, Sabina, Serrano... Sí, a veces yo también creo que debería vivir en España :-)

Mis pintores predilectos: Dalí. Kahlo. Miró. Xul Solar. Klimt. Portinari. Kandinsky. Diego Rivera.

Mis héroes de la vida real: todos los que logran fundarse desde la nada: los pobres, los inmigrantes, los que están solos y no se tienen lástima.

Mis heroínas históricas: Las Madres de Plaza de Mayo

Mis nombres favoritos: Lucía, Manuel

¿Qué detesto más que nada? Que no me dejen hablar. Que me quieran engañar. Que intenten obligarme (a lo que sea). Que me digan cómo tengo que sentirme y/o pensar.

¿Qué caracteres históricos desprecio más? Los que construyen sobre la base de la mentira, de la manipulación, de la muerte del otro. A estas descripciones responden algunos revolucionarios, algunos papas y todos los dictadores.

¿Qué hecho militar admiro más? El abrazo en Guayaquil entre San Martín y Bolívar. Cómo escribió José Martí: “Cuando los dos héroes chocaron, y el continente iba a temblar, uno, que no fue el menos grande, volvió riendas”. Si me dieran a elegir un momento histórico para presenciar, sería este.

¿Qué reforma admiro más? Las reformas cotidianas, esas variaciones mínimas que sumadas repercuten en las grandes Historias transformándolas.

¿Qué don natural querría tener? Todos. Absolutamente todos los dones son bienvenidos.

¿Cómo me gustaría morir? Me sé de memoria cómo NO me gustaría morir, pero –sin expectativas de ser original- si ha de ser que sea de viejita y en sueños (y, si no es mucho pedir, sin pañales ni ano contra natura).

Estado presente de mi espíritu: consternado, si se me permite la excentricidad en la elección del adjetivo.

Hechos que me inspiran más indulgencia: Paso. La palabra ‘indulgencia’ me suena a bula papal.

Mi lema: “Si puede salir mal, saldrá mal...” (Dicho siempre con una sonrisa en los labios y meneando mi cabeza en todas las direcciones posibles, claro :-))


6 comentarios:

Ra dijo...

Impecable, Andrea...me encantaron tus respuestas! Qué de cosas en común, y que gusto encontrarte en Oliverio.
Gracias, gracias, gracias por la parte que me toca, por el mimo, y por aceptar.

Cobiñas dijo...

Gracias a vos por permitirme tender una hebra entre esos "fíos invisibles" de los que habla Torredebabel. Un placer, Ra.
Bicos, A

torredebabel dijo...

fabuloso! coma coñezo a Andrea foi divertidisimo ler as respostas imaxinandoa a ela mesma enuncialas. E coma é unha muller dun sentido do humor superior e listísimo, non puiden mais que rir, emocionarme, ficar triste... emocionarme.

Cobiñas dijo...

Grazas e mais grazas, querida Torre.
Bicos, Andrea

PD)todavía no entiendo cómo pude olvidarme de poner a Pessoa entre mis escritores favoritos...

Anónimo dijo...

Genial!!
La verdad Cobiñas no dejas de sorprenderme...
te quiero!
Daniela,

Cobiñas dijo...

Yo también preciosa. Y a ver si este viernes te veo a vos ya ese pedacito de ternura que tenés por hija y yo por ahijada :-)) Un abrazo