15 noviembre 2020

Una carta de amor XII

 "Mi tesoro adorado:

Sólo cuando nos alejamos de las personas queridas podemos medir el cariño. Desde el día que te dejé allí con el dolor más grande que puedas imaginar no he podido tranquilizar mi triste corazón. Hoy sé cuánto te quiero y que no puedo vivir sin vos.

Esta inmensa soledad está llena de tu recuerdo. Hoy he escrito a Farrell pidiendo que acelere el retiro. En cuanto salga nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos [...].

Viejita de mi alma, tengo tus retratitos en mi pieza y los miro todo el día con lágrimas en los ojos. Que no te vaya a pasar nada porque entonces habría acabado mi vida. Cuidate mucho y no te preocupes por mí; pero quiéreme mucho que hoy lo necesito más que nunca.

Tesoro mío, tené calma y aprendé a esperar. Esto terminará y la vida será nuestra. Con lo que yo he hecho estoy justificado ante la historia y sé que el tiempo me dará la razón [...].

Mis últimas palabras de esta carta quiero que sean para recomendarte calma y tranquilidad. Muchos, pero muchos besos y recuerdos para mi chinita querida.

Perón"

Carta de Juan Domingo Perón a Eva Duarte, 14 de octubre de 1945, Isla Martín García.