14 enero 2014

Carta a mi madre

CARTA A MI MADRE (GINEBRA, PARÍS, JULIO 1984 PARÍS, NOVIEMBRE 1987)
a Teodora

recibí tu carta 20 días después de tu muerte y cinco minutos después de saber que habías muerto / una carta que el cansancio, decías, te interrumpió / te habían visto bien por entonces /aguda como siempre / activa a los 85 años de edad pese a las tres operaciones contra el cáncer que finalmente te llevó/
¿te llevó el cáncer? / ¿no mi última carta? / la leíste, respondiste, moriste / ¿adivinaste que me preparaba a volver? / yo entraría a tu cuarto y no lo ibas a admitir / y nos besábamos / nos abrazamos y lloramos / y nos volvemos a besar / a nombrar / y estamos juntos / no en estos fierros duros /
vos / que contuviste tu muerte tanto tiempo / ¿por qué no me esperaste un poco más? / ¿temías por mi vida? / ¿me habrás cuidado de ese modo? / ¿jamás crecí para tu ser? / ¿alguna parte de tu cuerpo siguió vivida de mi infancia? / ¿por eso me expulsaste de tu morir? / ¿como antes de vos? / ¿por mi carta? / ¿intuiste? /

nos escribimos poco en estos años de exilio / también es cierto que antes nos hablamos poco / desde muy chico, el creado por vos se rebeló de vos / de tu amor tan estricto / así comí rabia y tristeza / nunca me pusiste la mano encima para pegar / pegabas con tu alma / extrañamente éramos juntos /
no sé cómo es que mueras / me sos / estás desordenada en mi memoria / de cuando yo fui niño y de pronto muy grande / y no alcanzo a fijar tus rostros en un rostro / tus rostros es un aire / una calor / un aguas / tengo gestos de vos que son en vos / ¿o no es así? / ¿imagino? / ¿o quiero imaginar? / ¿recuerdo? / ¿qué sangres te repito? / ¿en qué mirada mía vos miras? / nos separamos muchas veces /

nací con 5,5 kilos de peso / estuviste 36 horas en la cama dura del hospital hasta sacarme al mundo / me tuviste todo el tiempo que tu cuerpo me pudo contener / ¿estabas bien conmigo adentro? / ¿no te fui dando arrebatos, palpitaciones, golpes, miedos, odios, servidumbres? / ¿estábamos bien, juntos así, yo en vos nadando a ciegas? / ¿qué entonces me decías con fuerza silenciosa que siempre fue después? / debo haber sido muy feliz adentro tuyo / habré querido no salir nunca de vos / me expulsaste y lo expulsado te expulsó /
¿esos son los fantasmas que me persigo hoy mismo / a mi edad ya / como cuando nadaba en tu agua? / ¿de ahí me viene esta ceguera, la lentitud con que me entero, como si no quisiera, como si lo importante siga siendo la oscuridad que me abajó tu vientre o casa? / ¿la tiniebla de grande suavidad? / ¿dónde el lejano brillo no castiga con mundo piedra ni dolor? / ¿es vida con los ojos cerrados? / ¿por eso escribo versos? / ¿para volver al vientre donde toda palabra va a nacer? / ¿por hilo tenue? / la poesía ¿es simulacro de vos? / ¿tus penas y tus goces? / ¿te destruís conmigo como palabra en lapalabra? / ¿por eso escribo versos? / ¿te destruyo así pues? / ¿nunca me nacerás? / ¿las palabras son estas cenizas de adunarnos? /

nos separaste muchas veces / ¿eran separaciones? / ¿formas para encontrarse como primera vez? / ¿ese imposible nos hacía chocar? / ¿eso me reprochabas en el fondo? / ¿por eso eras tan triste algunas tardes? / tu tristeza me era insoportable / a veces quise morirme de eso todavía / ¿ya tenía mi pedazo de vida para ocuparme de él? / ¿como animal cualquiera? / ¿ya soy triste por eso? / ¿por tu tristeza ofende la injusticia / escándalo del mundo? /
siempre supiste lo que hay entre nosotros y nunca me dijiste / ¿por culpa mía? / ¿te reproché todo el tiempo que me expulsaras de vos? / ¿ése es mi exilio verdadero? / ¿nos reprochamos ese amor que se buscaba por separaciones? / ¿encendió hogueras para aprender la lejanía? / ¿cada desencontrarnos fue la prueba del encuentro anterior? / ¿así marcaste el infinito? /

¿qué olvido es paz? / ¿por qué de todos tus rostros vivos recuerdo con tanta precisión únicamente una fotografía? / Odessa, 1915, tenes 18 años, estudias medicina, no hay de comer / pero a tus mejillas habían subido dos manzanas (así me lo dijiste) (árbol del hambre que da frutas) / esas manzanas ¿tenían rojos del fuego del pogrom que te tocaba? / ¿a los 5 años? / ¿tu madre sacando de la casa en llamas a varios hermanitos? / ¿y muerta a tu hermanita? / ¿con todo eso / por todo eso /contra / me querés? / ¿me pedías que fuera tu hermanita? / ¿así me diste esta mujer, dentro / fuera de mí? / ¿qué es esta herencia, madre / esa fotografía en tus 18 años hermosos / con tu largo cabello negriazul como noche del alma / partida en dos / ese vestido acampanado marcándote los pechos / las dos amigas reclinadas a tus pies / tu mirada hacia mí para que sepa que te amo irremediablemente? /

¿así viaja el amor / de ser a antes de ser? / ¿de ser a sido en tu belleza? / ¿viajó de vos a mí? / ¿viaja ahora / morida? / nada podemos preguntar sino este amor que todo el tiempo nos golpeó / con su unidad irrepetible / ¿para que no olvidemos el dolor? / ¿los dos niñitos del mercado de Ravelo con una gallinita en los brazos, ofreciendo barato y con gestos de madre, casi recién salidos de sus madres? / ¿por qué te apareciste en el mercado boliviano? / ¿en cada pena estás? / apagabas el sol para dormirme /
¿podes quitarme vida? / ¿ni quitártela yo? / ¿castigabas por eso? / desciendo de tus pechos / tu implacable exigencia del viejo amor que nos tuvimos en las navegaciones de tu vientre / siempre conmigo fuiste doble / te hacía falta y me echaste de vos / ¿para aprender a sernos otros? / cada mucho nos dabas un momento de paz: entonces me dejabas peinarte lentamente y te ibas en mí y yo era tu amante y más / ¿tu padre? / ¿ese rabino o santo? / ¿que amabas? / ¿más que a mí? / ¿me perseguías porque no supe parecerme a él? / ¿y cómo iba a parecerme? / ¿no me querías otro? / ¿lejos de ese dolor? / ¿por qué tan vivo está lo que no fue? / ¿nunca junté pedazos tuyos? / ¿cada recuerdo se consume en su llama? / ¿eso es la memoria? / ¿suma y no síntesis? / ¿ramas y nunca árbol? / ¿pie sin ojo, mano sin hora? / ¿nunca? / ¿saliva que no moja? / ¿así atan los cordones del alma? / ¿vos sos dolor, miedo al dolor? /

¿qué fue lo separado? / ¿mi dedo de escribir en tu sangre? / ¿mi serte de no serte? / y vos, ¿no eras el otro? / ¿cuántas veces miraste las llamas del pogrom mientras yo te crecía, entraste al bosque donde cantaba el ruiseñor que nunca oí, jugaste con el que nunca fui? / nacimos junto a dos puertos distintos / conocemos las diferencias de la sal / vos y yo hicieran un mar desconocido con dos sales /
me hiciste otro / no sigas castigándome por eso / ¿te sigo castigando por eso? / ¿y sin embargo / y cuándo / y yo tu sido? / ¿vos en yo / vos de yo? / ¿y qué podemos ya cambiar? / ¿pudimos cambiar algo alguna vez? / ¿nunca saldé las hambres del abuelo? / los ojos claros del retrato que presidía tu cuarto / ¿qué puede el verdadero amor cambiar? / ¿o nos es de tal modo que nos empuja a ser sí mismos? / ¿para uno en el otro? / ¿resonando en las partes de la noche? / ¿como dos piedras contra el cielo? / ¿pájaro y árbol? / cuando se posa el pájaro en el árbol, ¿quién es vuelo, quién tierra? / ¿quién baja a oscuridad? / ¿quién sube a luz? / ¿qué goce pasa a llaga? / ¿te llevo en llaga viva? / ¿para que nos atemos otra vez? / ¿este sufrido amor? /

me hiciste dos / uno murió contuvo / el resto es el que soy / ¿y dónde la cuerpalma umbilical? / ¿dónde navega conteniéndonos? / madre harta de tumba: yo te recibo / yo te existo /

¿tratos de amor hay en la sombra? / ¿ya volveré a peinarte el dulce pelo / espesura donde mi mano queda? / ¿pensativa en tu aroma? / ¿gracia cuajada en lenta parecida? / ¿me quisiste imposiblemente? / ¿así me confirmaste en el furor? / ¿puerto de tardes inclinadas al que volvías tantas veces? / ¿dónde navegarás ahora sino en mí / contra mí? / ¿puerto solo? / bella de cada mar en mi cabeza / llaga de espumas / alma /

no sé qué daño es éste / tu soledad que arde / dame la rabia de tus huesos que yo los meceré / vos me acunaste yo te ahueso / ¿quién podrá desmadrar al desterrado? / tiempo que no volvés / mares que te arrancaste de la espalda / tu leche constelada de cielos que no vi / leche llena de sed / tus pechos que callaban / paciencias / caballitos que el pasado maneó / llenos de estepa detenida / rota por mi avidez de vos / así me alzaste / me abajaste / me amaste sin piedad / pañal feroz de tu ternura /

¿o yo fui tu cansancio? / ¿te reproché que me expulsaras? / ¿nos ata ese reproche hondísimo / que nunca amor pudo encontrar? / ¿no me quisiste mar y navegar lejos de vos? / ¿tiempo hecho de vos? / ¿no me quisiste acaso otro cuando me concebías? / ¿otra unición de esa unidad? / ¿ama total de tus dos sangres? / ¿te das cuenta del miedo que nos hiciste, madre? / ¿de tu poder / tu claridad? /

¿qué cuentas pago todavía? / ¿qué acreedores desconozco? / ¿necesito recorrer una a una tus penas para saber quién soy / quién fui cuando nos separamos por la carne / dolorosa del animal que diste a luz / siervarnía / ciega a mi servidumbre de tu sierva / pero esas maravillas donde me hijaste y te amadré / tu cercana distancia /

¿me ponías a veces delantales de fierro? / ¿me besabas a veces con pasión? / ¿y qué pasión había en tu pasión ? / ¿no podrías cesar en tu morir para decirme? / ¿no te querés interrumpir? / ¿entraste tanto en tu desparecer? / ¿volvés al desamparo de mí? / ¿tan duro era mi amor? / ¿te di un alma y con otra te echaba a mi intemperie? / ¿no pudiste morivivirme en suave claustro / no darme de nacer? / mi nacer, ¿te habrá apagado ganas de matarme? / ¿eso me perdonabas y no me perdonabas? / ¿así peleaste con tus sombras? / ¿así me hiciste sombra tuya de otro cuerpo, me diste tu pezón / campo violeta / donde pacía un temblor? A ¿techo contra el terror? / ¿única tela de la paz? / ¿no la tejíamos los dos? / ¿en mañanas cayendo sobre el patio donde jamás hubo otra gloria? / ¿blancuras que de vos subían? / ¿rocíos de tu sangre al puro sol? / ¿lluvia de abajo interminable? / ¿yo fui animal de lluvia? / ¿te ensucié pechos con mi boca? / ¿me diste a veces leche amarga? /,¿te olvidas de las veces que no quise comer de vos? / ¿qué te venía entonces de la entraña del alma? / esos jugos, ¿no me atardecen fiero? / ¿y vos crees que estás muriendo? / ¿antes que muera yo? / ¿y se apaguen, los gestos que escribiste en mi cuerpo? / ¿las dichas que imprimiste? / ¿en mi querer a las mujeres? / ¿prolongándote en ellas? / ¿que de vos me tuvieran y alejaran? /

¿qué yo habré sido para vos? / ¿cómo me habrás sufrido cuando salí de vos? / no saberte, ¿no es mi saber de vos? / yo no sé por qué cielos giraste / sé que giran en mí / nada pudiste finalmente ahorrarme / no soy sin vos sino de vos / no me reproches eso / todavía me entibia el blancor de tu nuca / y mis besos allí / siervos de esa armonía / ¿cuántas veces se detuvo allí el mundo? / ¿cuántas veces cesaste la injusticia allí / madre? / ¿cuántas veces el mundo endureció tu leche / la que me abraza / la que me rechaza / la que te pide explicaciones? / ¿ya solísima / y tarde / y tan temprano? / y esta tarde / ¿no está llena de usted? / ¿de veces que me amó? / la voz que canta al fondo de la calle / ¿no es su voz? / ¿temblor de vientre juntos todavía? / ¿qué es este duro amor / tan suave y tuyo / lluvia a tu fuego / fuego a tu madera / llama escrita en el fuego con tu huesito último / ardor de pie en la noche? / ¿alta? / ¿qué gritas en mi alma? / pero no me gritas / tu paladar entrado a tiendas de la sombra siento frío / ¿cuántas veces sentiste mis fríos? / ¿me habrás mirado extrañada de vos? / ¿no te fui acaso el peor de los monstruos? / ¿el creado por vos? / ¿y cómo hiciste para amarme? / ¿ese trabajo dabas de comer contra tu propia oscuridad? / y uando abrí la boca, ¿no gritaste? / ¿no se asustó tu lengua de mi lengua? / ¿no hubo un jardín de espanto en tu saliva? / ¿que sembré / cultivé / regué con mi tu sangre? / ¿y qué te habré morido al darme a luz? / ¿y la profundidad de mis desastres? / ¿y nuestro encuentro inacabado / ya nunca / ya jamás / ya para siempre? / ¿y pedregal de vos a vos donde sangraron mis rodillas? / ¿cuando junto a mi cuna llorabas tantas cosas / y mi fiebre / y la fiebre de tu salvaje juventud? /

así mezclaste mis huesitos con tu eternidad / tus besos era suaves en noches que me dejaste solo con el terror del mundo / ¿me buscabas también así? / ¿hermanos en el miedo me quisiste? / ¿en un pañal de espanto? / ¿o me parece que fue así? / ¿dónde se hunde esta mano / dónde acaba? / ¿escribís, mano, para que sepa yo? / ¿y sabes más que yo? / tocaste el pecho de mi madre cuando fui animalito / conociste calores que no recuerdo ya / bodas que no conoceré / ¿qué subtierra de la memoria aras? / ¿soy planta que no ve sus raíces? / ¿ve la planta raíces? / ¿ve cielos / empujada? / ¿cómo vos, madre, me empujas? / mi mano, ¿es más con vos que mismo yo? / ¿siente tu leche o lunas de noche en mí perdida? /

¿y mi boca? / ¿cuánta alma te chupó? / ¿te fue fiesta mi boca alguna vez? / ¿y mis pies? / ¿me mirabas los pies para verme el camino? / ¿y tu ternura entonces? / ¿era tu viaje hacia mi viaje? / ¿fuiste rodeada de temor amoroso? / ¿del caminar por mí? / ¿por qué nunca supimos arreglar el dentrofuera que nos ata? / ¿al afuerino de tu cuerpo? / tu leche seca moja mi alma / ¿ahora la soy? / ¿me es? / ¿cuáles son los trabajos del pájaro que nunca me nombras? / ¿el que nos volaría juntos? / ¿ala yo / vuelo vos? / me obligaste a ser otro y tu perdón me muerde las cenizas / ¿acaso yo podía prolongar tu belleza? / ¿sin convertirla en cuerpo de dolor / lengua exiliada de tu nuca? / ¿y cuánto amé la ausencia de tu nuca para que no doliera? / ¿y que te devolviera? / ¿a dulzura posible en este mundo? / ¿conocida que no puedo nombrar? / ¿vientre que nadie puede repetir? / ¿lleno de maravilla, de gran desolación? / ¿pasó a río deshecho por mis pies? / ¿tan duro tu olvidar? / poderosa, ¿soy el que vos morís? / ¿ceñido de tu nombre? / ¿por qué te abrís y te cerras? / ¿por qué brilla tu rostro en doble sangre / todavía?
pasé por vos a la hermosura del día / por mí pasas a la honda noche / con los ojos sacados porque ya nada había que ver / sino ese fino ruido que deshace lo que te hice sufrir /ahora que estás quieta/
¿y cómo es nuestro amor / éste? /
envolverán con un jacinto la mesa de los panes /
pero ninguno
me hablará / estoy atado a tu suavísima / doy de
comer a tu animal más ciego /

¿a quién das tregua / vos? /
están ya blancos todos tus vestidos/
las sábanas me aplastan y no puedo dormir / te odias en mí completamente / se crecieron la mirra y el incienso que sembraste en mi vez / deja que te
perfumen / acompañen tu gracia / mi alma calce tu transcurrir a nada / todavía recojo azucenas que habrás dejado aquí para que mire el doble rostro de tu amor/
mecer tu cuna / lavar tus pañales / para que no
me dejes nunca más /
sin avisar / sin pedirme permiso /
aullabas cuando te separé de mí /
ya no nos perdonemos /


Juan Gelman (3 de mayo de 1930 - 14 de enero de 2014)
www.juangelman.net 

22 diciembre 2013

Déjame caer


De un momento, un gesto se convierte en fría calavera
y una lágrima se cae en medio de una vida entera.
Desde adentro sale una canción que no vale la pena,

solo es una nota que se escapa con el aire de una vela.

Cuando la novela se descargue de todo,

búscame al final de tu heladera,
envuélveme en el plástico de tu perfume,
déjame caer otra vez.


¿Cómo se abren las ventanas dentro de mi casa nueva?

¿Dónde corta el brillo de la noche desde tu ceguera?
¿Qué será del viejo calendario que vivió mis días?
¿Quién me dibujó ahí sentada por el resto de mi vida?

Cuando la novela se descargue de todo,

estaré subiendo la escalera
envuelta en la nostalgia de tu perfume
volveré a caer otra vez,

otra vez, volveré a caer otra vez, otra vez...

Lisandro Aristimuño "El plástico de tu perfume" 


Lisandro Aristimuño y Liliana Herrero

26 octubre 2013

Morir leyendo

"Me gustaría morir leyendo [...] No desearía a mi lado la vigilia ansiosa de parientes y amigos sino unas últimas líneas que me transportaran como siempre, más allá, a las vidas que no son las mías, a palabras escritas por quienes quizá han muerto hace años, puede ser una vulgar lista de catálogo, más fácilmente un prospecto: que la muerte me alcance en el momento en que el sentido se me escapa y no sepa si sueño que leo y eso es morir, o si ya olvidé mi lengua y lo ignoro, irme como cuando no se recuerda por qué copa se va o qué saque, como en una sobredosis."
María Moreno "Leer hasta que la muerte nos separe"

02 abril 2013

Una voz propia

 "El mundo es un lugar extraño y es muy fácil sentirse un extranjero en él. El mundo tiene su lengua y, a menudo, somos incapaces de hablarla. ¿En qué idioma habla el mundo? ¿Cómo enseñarlo? ¿Acaso se puede enseñar? Quizá solo podemos inventar, a través del arte, formas plurales y diferentes que traduzcan la extrañeza del mundo: transformar el azar del mundo (y su idioma y su lengua) en una voz propia. Eso se aprende, pero nadie te lo enseña."
  
Fernando Bárcena "Entre generaciones. Notas sobre la educación en la filiación del tiempo" (2012)

28 marzo 2013

El sistema de mi naturaleza

"Descubrí que mi obsesión de que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza. Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino por reacción contra mi negligencia; que parezco generoso para encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que solo soy puntual para que no se sepa cuán poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodiaco."
Gabriel García Márquez Memoria de mis putas tristes (2004)

23 marzo 2013

Pasado el carnaval...



PRA ESCARNHO E MAL DIZER
nen d’armas –ca ei espanto
(Alfonso Rei D. de Castela e de León)

O voo aberto das mariñas á mar grande,
o códice dos soños
baixo o vagar do manto;
o merlo de acebiche con bico limón.
Balteira,
nai e amiga,
puta e soldadeira,
eu eufórico lume na túa casa,
un poema entre as pernas.
Un mariñeiro lonxe, onde os ollos
do que dorme nas torres.
Un pombal de mascatos ebrios.
O solpor de alacráns e o metal que se bate nas campás.
E eu nas torres,
no peitoril da noite,
soñando o mariñeiro
vello como o ir e o vir
sen anos
como un neno.
E eu nas chairas de atardecer opaco,
refuxiado nas liñas mentidas dos xeranios,
no leito óseo das torres.
Eu nas nubes,
espido nas cordas da arpa,
encadeado polas dianas militares,
espido no peitoril da noite,
o neno que se achega onde a dorna,
que é o vello que se arreda dos portos
para que ninguén agarde.
Mirádeme os beizos secos de El Señor
nas torres.
Dicídeme cousas das palabras.
Facédeme cerámicas dos balbordos das lonxas,
tapices coa muitedume do salitre,
vidro co trafego dos peiraos.
Mirádeme en vixilia,
feble polo peso da baíña,
preso no traxe de defensa,
ao pé das torres sempre,
cativo da herdanza,
murcho nas covas
onde o abrigo é cadea.
Os alacráns que roen o resto duna dorna.
E eu saúdo aos presentes
dos pendóns vitoriosos.
E o pranto do neno sin idade.
Non haxa patria que me agarde
nin reino ao que chorar,
dixo o vello que se afasta
nun voo aberto das mariñas á mar grande.  
Manuel Rivas Libro do entroido (1980)

25 octubre 2012

Una carta de amor IX


Estás lejos y al sur

allí no son las cuatro.

Recostado en tu silla

apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero-.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.

Cuando la luz se acabe

sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.

Iré a cenar

es claro.

Pero en algún momento

me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.

Idea Vilariño "Carta II"

01 octubre 2012

Un mundo perdurable

"Lo que deseo recordarles es algo que me dijeron a mí cuando empecé a enseñar en la universidad. 'Aquellos por los que estás aquí -me dijo mi propio profesor- no son estudiantes tan brillantes como tú. Son estudiantes mediocres con mentes faltas de imaginación que se licencian sin pena ni gloria con un aprobado justito y cuyos exámenes dicen todos las mismas cosas. Los que son realmente buenos pueden cuidar de sí mismos, aunque disfrutarás enseñándoles. Pero son los otros los que de verdad te necesitan.' Esto es aplicable no sólo a la universidad, sino también al mundo. Los gobiernos, la economía, las escuelas, todo lo que forma parte de la sociedad, no existe para beneficio de unas minorías privilegiadas. Estamos capacitados para cuidar de nosotros mismos. Existe por el bien de las personas comunes y corrientes, que no son especialmente inteligentes ni interesantes (a menos, claro está, que nos enamoremos de una de ellas), ni tienen demasiada cultura ni demasiado éxito ni parecen destinadas a tenerlo. Existe por las personas que, a lo largo de la historia, sólo han entrado en ella como individuos con entidad propia al margen de las comunidades a las que pertenecían por la constancia que ha quedado de su paso en las actas de nacimiento, matrimonio y defunción. La única sociedad en la que merece la pena vivir es aquella que haya sido diseñada para ellos, no para los ricos, los inteligentes, los excepcionales, aunque esa sociedad en la que valga la pena vivir deba reservar un espacio y un margen de acción para esas minorías. Sin embargo, el mundo no ha sido creado para nuestro disfrute personal ni hemos venido a él por tal motivo. Un mundo que pretenda que esa es su razón de ser no es un buen mundo ni debería ser un mundo perdurable."
"Dentro y fuera de la Historia", Eric Hobsbawn (1917-2012)

11 marzo 2012

Salvar la vida

"A todos los que hoy imputan la constitución de bandas solo al fenómeno de las banlieues, de los suburbios, les digo: tenéis razón, sí, el paro, sí, la concentración de los excluidos, sí, las agrupaciones étnicas, sí, la tiranía de las marcas, la familia monoparental, sí, el desarrollo de una economía paralela y los chanchullos de todo tipo, sí, sí, sí... Pero guardémonos mucho de subestimar lo único sobre lo que podemos actuar personalmente y que además data de la noche de los tiempos pedagógicos: la soledad y la vergüenza del alumno que no comprende, perdido en un mundo donde todos los demás comprenden. Solo nosotros podemos sacarlo de aquella cárcel, estemos o no formados para ello. Los profesores que me salvaron -y que hicieron de mí un profesor- no estaban formados para hacerlo. No se preocuparon de los orígenes de mi incapacidad escolar. No perdieron el tiempo buscando sus causas ni tampoco sermoneándome. Eran adultos enfrentados a adolescentes en peligro. Se dijeron que era urgente. Se zambulleron. No lograron atraparme. Se zambulleron de nuevo, día tras día, más y más... Y acabaron sacándome de allí. Y a muchos otros conmigo. Literalmente, nos repescaron. Les debemos la vida."
Daniel Pennac Mal de escuela

26 diciembre 2011

Alpha y omega

Los bebés no creen en dios




es predecible el domingo

cuando el bautismo llega

desde atrás

nosotros nos reímos de los fieles y robamos

el diezmo y los jazmines frescos.


el padre que cura acaricia a los primogénitos

sin buenas intenciones mientras receta

tipos convenientes de comportamiento

y los salva del mal por siempre.



todos repiten el estribillo



renuncia al placer ante todo

cree en dios todopoderoso y soberano de la tierra

renuncia al demonio y al error contrario a la verdad.




el padre que cura explica cada palabra

como un semiólogo divino educa y nos libra

del mal

del mar

del más allá.




la fe de los chicos pagada con débito automático

alumbrado por un cirio pascual o signo

del Cristo resucitado

desde atrás

nosotros rogamos que la luz se apague

oh sí que la luz se apague que la luz se apague

porque confiamos en la oscuridad.




los bebés rosados como pollos crudos

levantados por manos lavadas

con alcohol son trofeos ganados a la fuerza

de siglos

de ignorancia.





los bebés rosados como cielos atardecidos

llegan alto, hasta las hélices de los ventiladores

que bañan de aire caliente a los fieles

sí creemos en todos lo que nos proponen.





al acabar

el padre que cura pide limosna
y que todos seamos muy generosos.  
 ***

Alzheimer   
la masa blanda



                                         la masa gris



                                   la masa para hacer comida de domingo



                                   sobre el mantel a la casa dibujada con birome



le llega una carta anónima disfrazada de cuento



                        para pedir la lista de regalos






la anciana no recuerda el instante



la noticia que escucha por la radio como si



fuera la primera vez de todo



                                   quiere conocer la hora  del tiempo



a la mitad de la noche



explota la bengala que el padre no les dejó usar



por miedo a la destrucción del mundo



                                   las plantas los animales los hombres



que crean



las plantas los animales los hombres



                      que comen



recuerdos en platos caros



                                   y de postre



se miran al espejo






la anciana se caga encima y pregunta



cuándo va a gatear



por las dudas compra salvavidas absorbentes



y los usa en la pileta familiar



hace la plancha y tararea un jingle bells



el sol violeta de mañana no la matará de cáncer






antes de todo hay una pregunta que sale



                     como humo translúcido de la casa



sin renos ni chimenea



                      a la hora de la cena el tiempo muerto



los cubre de lenta salsa rosa y ensalada rusa



están preparados para tomar burbujas



                                   que estallen en las bocas



           que murmuren



disculpas por abrir los regalos antes de las doce






al alba el álbum



                                   familiar derramado en el suelo



                                   estampas de bautismo europeo



                                   sobre telas con pespunte



encajes puntillas carreteles



la santísima trinidad de ribetes blancos en sus mejillas






                                   la abuela alimentada por goteo y excesos de azúcar



cabezas pequeñas como



pastillas y extremidades no aptas para el vuelo nocturno



                        al ritmo de tres rosarios incompletos



                                         luciérnagas


                        de la familia que trasciende el entendimiento.

15 mayo 2011

Lectores profanos

"Soy incapaz de demostrar que los lectores profanos disfrutan los libros más que los críticos profesionales; pero sí puedo decir cuál es la ventaja que tenemos en relación con ellos. Nosotros podemos olvidar. Ellos sufren la maldición de la memoria: jamás se borrarán de sus cerebros los libros acerca de los cuales dan clases y escriben. Para ellos se convierten en parte de la familia. Quizá sea ese el motivo por el cual algunos críticos acaban adquiriendo un tono ligeramente paternalista en relación con sus sujetos [...] el lector corriente, pero apasionado puede olvidar; puede irse, serle infiel con otros autores, regresar y sentirse otra vez en éxtasis."
Julian Barnes "Los ojos de Emma Bovary" en El loro de Flaubert

26 abril 2011

Reescrituras IV

Donde habite el olvido,
en los vastos jardines sin aurora;
donde yo sólo sea
memoria de una piedra sepultada entre ortigas
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios. 


Donde mi nombre deje
al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
donde el deseo no exista. 


En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
no esconda como acero
en mi pecho su ala,
sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento. 


Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
sometiendo a otra vida su vida,
sin más horizonte que otros ojos frente a frente. 


Donde penas y dichas no sean más que nombres,
cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
disuelto en niebla, ausencia,
ausencia leve como carne de niño. 


Allá, allá lejos;
donde habite el olvido.


Luis Cernuda “Donde habite el olvido” en Los placeres prohibidos (1931)




Cuando se despertó,
no recordaba nada
de la noche anterior,
”demasiadas cervezas”
dijo al ver mi cabeza,
al lado de la suya en la almohada
y la besé otra vez,
pero ya no era ayer,
sino mañana.
Y un insolente sol,
como un ladrón, entró
por la ventana.

El día que llegó
tenía ojeras malva
y barro en el tacón,
desnudos, pero extraños,
nos vio, roto el engaño
de la noche, la cruda luz del alba.
Era la hora de huir
y se fue sin decir
”llámame un día”.
Desde el balcón, la vi
perderse, en el trajín
de la Gran Vía.
Y la vida siguió,
como siguen las cosas que no
tienen mucho sentido.
Una vez me contó,
un amigo común, que la vio
donde habita el olvido.

La pupila archivó
un semáforo rojo,
una mochila, un peugeot
y aquellos ojos
miopes
y la sangre al galope
por mis venas
y una nube de arena
dentro del corazón
y esta racha de amor
sin apetito.
Los besos que perdí,
por no saber decir
”te necesito”.
Y la vida siguió,
como siguen las cosas que no
tienen mucho sentido,
una vez me contó,
un amigo común, que la vio
donde habita el olvido.

Joaquín Sabina "Donde habita el olvido"

14 marzo 2011

Volcánico

Volver a ti es el camino de servicio 
para sacar palabras de mi chistera rota, 
yo que no entiendo de lindes, tú que me mueves los marcos. 
En el espacio que va de mi despiste a tu sombra 
hay un banco para verlas venir y tú, que lo sabes y callas, 
acechas el salto del temporizador, 3, 2, 1, aquí estoy. 
Ahora que he aprendido a hacer nudos corredizos, 
a usar el paso de las primeras veces, a escatimar en porqués, 
a pedir el último baile a mis fantasmas, 
ahora que me quema tanta vida inerte,
ahora que nada, ahora que no sé si te escribo a ti. 
Al otro lado una voz dice corre, que te echo de menos,  
y yo entretanto tropiezo con el único modo que sé de quererte, 
con el autismo de las paredes de un piso franco, 
con dentelladas de tu piel herida, tengo palabras de mercromina, 
muerdo la mano que me da de comer. 
Me arrastran los faldones de doble forro de la memoria.
Para llegar al magma ya casi no tengo que engañarme.
 
Raquel G. Otero, también conocida como Sybilla Cardinale en www.computodefantasmas.blogspot.com

[Hace mucho, pero mucho que quiero compartir aquí alguna de las maravillas que publica Ra. Ha llegado el momento. Pasen por Cómputo de fantasmas. De verdad vale la pena.]

23 febrero 2011

Palabras contra el olvido

Todos deseamos rescatar a través de la memoria cada fragmento de la vida que súbitamente vuelve a nosotros, por más indigno, por más doloroso que sea. Y la única manera de hacerlo es fijarlo con la escritura.

La literatura, por mucho que nos apasione negarla, permite rescatar del olvido todo eso sobre lo que la mirada contemporánea, cada día más inmoral, pretende deslizarse con la más absoluta indiferencia"

Enrique Vila-Matas Bartleby y compañía

07 febrero 2011

Apuntes de una lectora


Después de casi seis años citando para ustedes lo que otros escriben, creo que ha llegado la hora de compartir algunos apuntes personales de lectura. Impresiones, digamos, sin pretensiones críticas. Entonces: leer, leer, leer y, a veces, escribir. En una época en la que el blog es cada vez más el discreto territorio del “entre nos”, los invito a hacer conmigo un nuevo viaje entre palabras porque creo con Valery que “el universo solo existe sobre el papel”.