Los bebés no creen en dios
es predecible el domingo
cuando el bautismo llega
desde atrás
nosotros nos reímos de los fieles y robamos
el diezmo y los jazmines frescos.
el padre que cura acaricia a los primogénitos
sin buenas intenciones mientras receta
tipos convenientes de comportamiento
y los salva del mal por siempre.
todos repiten el estribillo
renuncia al placer ante todo
cree en dios todopoderoso y soberano de la tierra
renuncia al demonio y al error contrario a la verdad.
el padre que cura explica cada palabra
como un semiólogo divino educa y nos libra
del mal
del mar
del más allá.
la fe de los chicos pagada con débito automático
alumbrado por un cirio pascual o signo
del Cristo resucitado
desde atrás
nosotros rogamos que la luz se apague
oh sí que la luz se apague que la luz se apague
porque confiamos en la oscuridad.
los bebés rosados como pollos crudos
levantados por manos lavadas
con alcohol son trofeos ganados a la fuerza
de siglos
de ignorancia.
los bebés rosados como cielos atardecidos
llegan alto, hasta las hélices de los ventiladores
que bañan de aire caliente a los fieles
sí creemos en todos lo que nos proponen.
al acabar
el padre que cura pide limosna
y que todos seamos muy generosos.
***
Alzheimer
la masa blanda
la masa gris
la masa para hacer comida de domingo
sobre el mantel a la casa dibujada con birome
le llega una carta anónima disfrazada de cuento
para pedir la lista de regalos
la anciana no recuerda el instante
la noticia que escucha por la radio como si
fuera la primera vez de todo
quiere conocer la hora del tiempo
a la mitad de la noche
explota la bengala que el padre no les dejó usar
por miedo a la destrucción del mundo
las plantas los animales los hombres
que crean
las plantas los animales los hombres
que comen
recuerdos en platos caros
y de postre
se miran al espejo
la anciana se caga encima y pregunta
cuándo va a gatear
por las dudas compra salvavidas absorbentes
y los usa en la pileta familiar
hace la plancha y tararea un jingle bells
el sol violeta de mañana no la matará de cáncer
antes de todo hay una pregunta que sale
como humo translúcido de la casa
sin renos ni chimenea
a la hora de la cena el tiempo muerto
los cubre de lenta salsa rosa y ensalada rusa
están preparados para tomar burbujas
que estallen en las bocas
que murmuren
disculpas por abrir los regalos antes de las doce
al alba el álbum
familiar derramado en el suelo
estampas de bautismo europeo
sobre telas con pespunte
encajes puntillas carreteles
la santísima trinidad de ribetes blancos en sus mejillas
la abuela alimentada por goteo y excesos de azúcar
cabezas pequeñas como
pastillas y extremidades no aptas para el vuelo nocturno
al ritmo de tres rosarios incompletos
luciérnagas
de la familia que trasciende el entendimiento.