31 mayo 2015

El tiempo y los caminos

Imagen extraída de internet

1
Al fin, se desató
el fajín ceñidor de brocado,
con dibujos de flores
de su ropa interior

mas sufro ahora,
trastornado
como la fronda del sauce
en el viento

¿podré acaso borrar este recuerdo
de su cabello despeinado
en el lecho?


112
La lumbre mortecina
aún queda
al lado de mi ventana

y la lluvia
hace caer las hojas
de los árboles de paulonia

mi cabello
encanecería
aun cuando no estuviese
pensando en ti.


189
Con amor en tus ojos
sirve tu vino
en mi copa
sirve tu vino
con amor en tus ojos.


199
¿Por qué no aprendí
a dormir solo
cuando aún
me amaba?


230
Como la flor de cerezo
o una hoja de otoño
que baila en el viento
y se para sobre el agua
dejaré un rato
sobre mi manga
esta luna reflejada
en mi lágrima rociada

¿será él esta vez?
ah, no

¿ves?
Ni siquiera reconozco
el sonido de granizo
sobre las hojas de bambú.


291
Cómo envidio
este corazón mío
siempre contigo
día y noche.



34
Estamos alejados
estamos alejados

el amor acaba en un sueño vano
solo tu memoria me acompaña en el lecho
y me rodea únicamente soledad

mis lágrimas fluyen
en oleaje silencioso
derramándose sobre mis mangas

¿nuestros ríos acaso
se encontrarán de nuevo?

¿nuestros ríos acaso
se encontrarán de nuevo?

Fragmentos del Kanginshu (Japón, 1518). Tomado de Los cantos en el pequeño paraíso, Buenos Aires, Emecé, 2012. (Traductor Masateru Ito).